Ponemos a calentar el horno a 180°.
Lavamos las fresas, les quitamos el rabito y las cortamos en trocitos pequeños. Reservamos.
Batimos el azúcar, el aceite y los huevos hasta que estén bien integrados.
Añadimos la vainilla, la levadura y la mitad de la harina, mezclamos hasta que no haya grumos y echamos entonces la leche poco a poco.
Añadimos el resto de la harina y seguimos batiendo, cuando la masa sea homogénea, es el momento de poner las fresas y remover poco a poco con una espátula.
Repartimos la masa en los moldes (no hace falta llenarlo del todo, hasta 2/3 está bien, recordad que crecen) y horneamos 22-25 minutos.
Las sacamos del horno y dejamos enfriar, después podemos decorar con más fresas.