- Ponemos el aceite en la sartén y tostamos en él (por turnos) las almendras, las nueces y los cubitos de pan. 
- Ponemos todo a escurrir y filtramos el aceite para quitarle las miguitas que hayan podido quedar. 
- Devolvemos el aceite a la sartén y añadimos todos los ingredientes de la infusión: el anís verde, la cáscara de limón, la canela, el aceite y el agua. Calentamos removiendo hasta que llegue a ebullición, le damos unas vueltas y retiramos del fuego. Dejamos reposar para que pierda un poco de temperatura y se infusionen bien las especias y el limón. Colamos para quitar las especias y el limón. 
- Paso opcional: se puede tostar la harina en seco en este punto, en una sartén a fuego bajo, para reducir el tiempo de darle a la papilla a manubrio. 
- En una olla colocamos el aceite y agua infusionados, la harina, el azúcar, la leche y una pizca de sal y calentamos a fuego medio, removiendo hasta que espese y hasta que la mezcla ya no sepa/huela a harina cruda. La textura sería como una papilla o como una bechamel, hay que tener en cuenta que al enfriar se espesará. 
- Se puede usar la batidora para que la textura sea de una crema más fina. 
- Servimos en platos o en cuencos, colocamos por encima tostones y frutos secos al gusto y espolvoreamos con el azúcar mezclado con canela.