Con ayuda de una picadora o un robot de cocina, picamos todas las verduras hasta que queden en trozos muy chiquititos. También lo podemos hacer a mano. En ese caso, es mejor rallar la zanahoria en vez de picarla. En casa estrenamos el cortador de verduras que te hace espirales de calabacín y la verdad es que el resultado es estupendo, aunque luego hay que cortar la cebolla porque las tiras salen larguísimas.
En una sartén, calentamos previamente el aceite de sésamo y después cocinamos durante un par de minutos la cebolla y la zanahoria, no hace falta que se hagan mucho porque la gracia es que estén crujientes.
Es el momento de incorporar la carne, que si que nos interesa que se haga, y añadimos la salsa de soja. Cuando la carne haya soltado casi todos los jugos, echamos finalmente la col.
Removemos bien todo durante un par de minutos más y retiramos del fuego. Si notáis que hay mucho líquido, coladlo porque sino los rollitos se desmontan.
A continuación, ponemos sobre cada hoja un par de cucharadas generosas de relleno y enrollamos. Me dijeron que la mejor manera de sellar la masa es con mantequilla derretida, pero con los rollitos no me convencía la mezcla. Colocamos los rollitos en una bandeja de horno.
Horneamos a 220º hasta que veamos que cambian de color (10-15 minutos).