La etiqueta de «ecológico» es la nueva «diet» o «light» y ni muchos productos con la etiqueta de «eco» lo son ni la mayoría de las cosas «light» tampoco. Ejemplo de «no light»: conocida marca de cereales con una línea que promete que estarás estupenda haciendo un plan de 15 días de ejercicio y cereales integrales y demás, primera trama, mirad por gusto la cantidad de azúcar de los cereales y llorad, son integrales, pero azúcar llevan igual y después te anuncian como producto estrella los mismo cereales con chocolate ¿hola? y no chocolate negro, no, chocolate con leche. Y una leche light.
Peor me parece lo de los productos que son anunciados como «eco». Dos conocidos supermercados del mismo grupo alemán tienen bastantes productos con la etiqueta de ecológicos, pero después vemos cómo la fruta ecológica viene de Italia, de Perú… vaya por delante que no cuestiono la calidad de los productos de Italia o Perú, todo lo contrario. Lo que pasa es que la «gracia» de que estos productos sean ecológicos o no también tiene que ver no sólo si usan fertilizantes químicos o no, sino el combustible que se emplea para que podamos comernos uvas de Perú. La gracia es que sea ecológico tanto la forma en la que se produce como los residuos que genere el llevarlo a nuestra mesa.
Casos más sangrantes aún son los de los huevos y la miel. Aquí la estafa es más sangrante si cabe. Para quien no lo sepa, los huevos tienen una numeración en la cáscara que indica si las gallinas han sido criadas en libertad y el alimento utilizado. Las numeraciones 2 y 3 son las que indican peores condiciones para las gallinas: los animalitos viven en cubículos y son alimentados con pienso; lo grave es cuando ves que en las cajas indica que son «huevos frescos» de «gallinas criadas con cereales» y ves que te cobran como si fuesen huevos de corral (el doble que los «normales») pero tienen también el 3 en la numeración del huevo en vez del 0 o el 1 que uno espera tanto por el precio como por lo que dice la etiqueta.
Esto mismo sucede con la miel: antes era tan fácil como ver que la miel no era de mil flores (mezcla de mieles de diferentes tipos, como bien indica el nombre) para saber que la miel provenía no sólo de España, sino también de fuera de la UE. Vuelvo a lo mismo, la regulación es diferente para cada país y en algunos se usan pesticidas. Ingenua de mí, pensaba que si apostaba por mieles de romero, azahar o la de acacia, que descubrí hace poco, salvaría este escollo, pero no. Los supermercados del grupo alemán que mencionaba antes tienen miel «ecológica» con el sello de la UE (que será de pago como el resto de cosas) pero luego la miel es UE y no UE y sin especificar porcentajes de cada cual. Otro supermercado español (valenciano para más señas) etiqueta la miel de mil flores como si fuese producida en España pero después (en pequeño) especifica que el producto está envasado en España y la miel es UE y no UE (otra vez sin especificar porcentajes ni procedencias).
Ya me he desahogado, espero que esta entrada os haya parecido interesante y os sea útil.
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