En realidad debería llamarlas «minimagdalenas» del mal o algo así, porque las horneé con el propósito de reírme de un amigo que odia la piña con todas sus fuerzas, de forma totalmente injustificada ¡pobre piña! y este domingo cayó en mi trampa y se comió una, para después decirme que me odiaba mucho. El caso es que un compañero de trabajo que se ha convertido en catador oficial del blog también odia la piña, aunque a él le dije de que eran antes e iba prevenido (salvo la parte de la piña le gustó el invento, lo sé), así que estas minimagdalenas tienen en la mitad de tamaño el doble de maldad, creo que el Joker empezó haciendo estas cosas, pero quedaba más épico lo del tanque de ácido. Al resto de personas que les guste la piña y las magdalenas en general disfrutarán con este desayuno/mirienda.
Ingredientes (para 24 minimagdalenas y 6 magdalenas normales)
- 125 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 3 huevos
- 120 g de azúcar
- 200 g de harina
- 2 rodajas de piña en su jugo (puede ser piña natural, pero cuidado con las partes más duras.
- 120 ml de leche
- 1 cucharada de levadura
- (Opcional: vainilla, pero sabe mucho a vainilla todo y eso que eché un chorrito; zumo de piña o aroma de piña)
Preparación:
- Precalentamos el horno a 180º
- Troceamos la piña y reservamos.
- Mezclamos la mantequilla (siempre a temperatura ambiente y mejor con batidora de varillas o similar) con el azúcar y cuando la mezcla blanquee, añadimos los huevos uno a uno y batimos hasta que todo se integre.
- Agregamos la mitad de la harina y la levadura. y batimos de nuevo, añadimos la leche y una vez todo esté bien mezcladito, el resto de la harina, quedará una vez que esté todo bien mezclado, una masa ni muy espesa ni muy líquida, a la que pondremos los trocitos de piña y daremos de nuevo un par de vueltas a la masa para que no se apelotone la piña en dos magdalenas.
- Distribuimos en los moldes (la cucharada de helados es vuestra amiga) y horneamos a 180º durante 25 minutos (depende del horno siempre)
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