Feliz Carnaval! ¿os habéis disfrazado? ¿lo habéis pasado bien? Yo este año me volví loca y me fui disfrazada al trabajo, pero nadie se santiguó a mi paso, así que estoy un poco decepcionada porque mi disfraz con una sonrisa siniestra y un antifaz hecho con pintura no triunfase de verdad, aunque me lo pasé genial y eso es lo que importa. Hoy os traigo una receta que he probado hace relativamente poco porque la gente tiene la costumbre de echarle nata a la carbonara y no se hace así. Yo odio la nata, así que es un plato que no pido nunca en los restaurantes, menos mal que unos amigos la hicieron en casa un día (volvemos a las recetas del salón del cómic) y por fin pude degustar uno de los placeres de la vida. En sí, la receta no es complicada ni requiere muchos ingredientes ni mucho tiempo y además es una manera de variar las recetas de pasta con tomate (lo dice una adicta al tomate frito, ojocuidao), espero que la disfrutéis.
Ingredientes (para 4 personas)
- 500 g de spaghetti
- 150 g de panceta (puede ser bacon también)
- 4 yemas de huevo
- 4 dientes de ajo
- Queso parmesano al gusto
- Pimienta negra, sal
- Cebolla (opcional, pero no se lo digáis a vuestros amigos italianos u os matarán)
Preparación
- Ponemos la pasta a hervir en abundante agua con sal
- Separamos las yemas de las claras, las batimos y añadimos la pimienta negra (hay gente que echa también las claras, pero sino os las guardáis para cualquier postre o para tortilla)
- En una sartén, doramos os dientes de ajo con la panceta cortada en taquitos (luego sacad los ajos sino os gustan, lo importante es el saborcillo que dejan)
- Cuando los spaghetti estén al dente (o como os gusten) los escurrimos y los mezclamos en un bol con las yemas de huevo, hacedlo rápido que sino corremos el riesgo de que se nos haga tortilla.
- Añadimos finalmente la panceta y volvemos a remover. Servimos con una generosa ración de parmesano, que habremos rallado previamente.
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