Las magdalenas de limón y naranja de hoy son tremendamente clásicas. Y ricas. Y no necesitan agua de manantial de la montaña ni especias exóticas que utilizas una vez y se te olvidan hasta que 10 años después han caducado.
En este blog nos gustan mucho las magdalenas, como varias páginas de archivo atestiguan, hasta en sus versiones saladas. Son muy socorridas, y es algo que rara vez falla.
Así que no me enrollo más y ¡vamos al lío!
Ingredientes para 12 magdalenas de limón y naranja
- 2 huevos
- 150 g de azúcar
- 220 g de harina normal (o mezcla de normal e integral si queréis más fibra)
- 150 g de aceite de girasol
- 160 g de leche
- 11 g de impulsor (levadura química tipo Royal)
- Ralladura de 1/2 limón
- Ralladura de 1/2 naranja
- Bonustrack: 2 «dashes» de angostura
Elaboración de las magdalenas
Calentamos el horno a 200ºC.
Mezclamos la harina, el impulsor y la ralladura de cítricos.
Por otro lado, con un batidor normal, amasadora, o batidora de mano con batidores le damos caña a los huevos y al azúcar hasta que se convierten en espuma clarita y aumentan de volumen.
A la mezcla de huevos y azúcar le añadimos el aceite y la leche (y la angostura si la utilizamos). Batimos un poco más hasta incorporarlo.
Añadimos la harina con la levadura que habíamos preparado previamente y volvemos a batir hasta que quede uniforme.
Metemos la masa al frigorífico mientras preparamos el molde metálico con las cápsulas de magdalena dentro. la dejamos reposar en frío unos 10 minutos. El reposo es opcional, pero contribuye a que nuestras magdalenas suban muchísmo más en el horno.
Con ayuda de un cazo, manga pastelera, o sacabolas de helado llenamos las cápsulas hasta 1cm del borde más o menos.
Horneamos 5 minutos a 200ºC y luego 20º a 180ºC.
Cuando termine comprobamos pinchando una con un cuchillo que sale limpio y sacamos a enfriar fuera del molde en una rejilla. La bandeja de rejilla del horno, boca abajo, funciona perfectamente si no tienes otra cosa a mano.
Bonustrack
- Duran una semana aproximadamente bien cerradas en una lata, un tupper grande o una bolsa de congelar. Si son muchas puedes congelarlas una vez hechas e ir sacando conforme las necesites.
- Para un extra de «citricidad» puedes picar las ralladuras con el azúcar antes de juntarlas con el huevo y espumarlo. El azúcar rompe las ralladuras y salen más jugos. No me acordé de hacerlo esta vez pero seguro que a la próxima las haré así.
Magdalenas de limón y naranja
Herramientas
- Algo que permita batir (batidor de mano / amasadora / batidora eléctrica)
- Molde de metal para magdalenas y cápsulas de papel
Ingredientes
- 2 huevos
- 150 g azúcar
- 220 g harina normal o mezcla de normal e integral si queréis más fibra
- 150 g aceite de girasol
- 160 g leche
- 11 g impulsor levadura química tipo Royal
- Ralladura de 1/2 limón
- Ralladura de 1/2 naranja
- 2 dashes angostura (opcional)
Elaboración paso a paso
- Calentamos el horno a 200ºC.
- Mezclamos la harina, el impulsor y la ralladura de cítricos.
- Por otro lado, con un batidor normal, amasadora, o batidora de mano con batidores le damos caña a los huevos y al azúcar hasta que se convierten en espuma clarita y aumentan de volumen.
- A la mezcla de huevos y azúcar le añadimos el aceite y la leche (y la angostura si la utilizamos). Batimos un poco más hasta incorporarlo.
- Añadimos la harina con la levadura que habíamos preparado previamente y volvemos a batir hasta que quede uniforme.
- Metemos la masa al frigorífico mientras preparamos el molde metálico con las cápsulas de magdalena dentro. la dejamos reposar en frío unos 10 minutos. El reposo es opcional, pero contribuye a que nuestras magdalenas suban muchísmo más en el horno.
- Con ayuda de un cazo, manga pastelera, o sacabolas de helado llenamos las cápsulas hasta 1cm del borde más o menos.
- Horneamos 5 minutos a 200ºC y luego 20º a 180ºC.
- Cuando termine comprobamos pinchando una con un cuchillo que sale limpio y sacamos a enfriar fuera del molde en una rejilla. La bandeja de rejilla del horno, boca abajo, funciona perfectamente si no tienes otra cosa a mano.
Notas
- Duran una semana aproximadamente bien cerradas en una lata, un tupper grande o una bolsa de congelar. Si son muchas puedes congelarlas una vez hechas e ir sacando conforme las necesites.
- Para un extra de “citricidad” puedes picar las ralladuras con el azúcar antes de juntarlas con el huevo y espumarlo. El azúcar rompe las ralladuras y salen más jugos. No me acordé de hacerlo esta vez pero seguro que a la próxima las haré así.
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