Dicen por ahí que hoy es el Chocolate Chip Cookie Day, así que si os hacéis o conseguís unas pocas, bien las podéis convertir en algo más de gordo todavía con la receta (de nuevo super difícil y avanzada, estoy que me salgo) que os traigo hoy: leche condensada casera. ¿Operación bikini decían por ahí? ¿Eso qué es? ¿Se come? 😀
Cuenta la Wikipedia (he buscado en otras webs pero todas acaban dando la misma versión copiada de allí, así que desisto y haré un resumen) que por allá por el siglo XIX, a la gente le preocupaba el tema de la conservación de la leche. Todavía no se habían inventado los procesamientos de uperisación y similares que conocemos hoy en día y que tan aburridos tenemos, así que la leche era algo muy perecedero, tanto que no la podías llevar demasiado lejos de la vaca (léase dos pueblos más para allá) o se ponía mala. Depende de cómo podía causar intoxicaciones alimentarias, a veces mortales.
Por no hablar de las condiciones higiénicas de la pobre vaca del campo que luego se traspasaban a la leche. O del propio ordeñador u ordeñadora, que en muchos casos lo de lavar(se) y lavar los utensilios y perolos tampoco lo tenían muy interiorizado todavía.
Así que, con la idea de lograr una leche que se conservara por más tiempo, varios señores fueron investigando y experimentado con varios métodos. Dos de ellos, Gail Borden y Jeremiah Milbank hicieron piña y en 1856 patentaron una fórmula de leche condensada que tuvo éxito, hicieron una empresa cuyo producto estrella fue la leche condensada durante muchos años – se lo daban como ración a los soldados unionistas en la Guerra Civil Americana, lo que contribuyó mucho a su expansión – , hasta que se terminó yendo al garete a principios de los 90.
Tenían varios métodos para hacerla, unidos a un control más estricto de la limpieza del ordeño y el transporte: reducción de la leche sin añadir nada más (evaporando la mayoría del agua al vacío), evaporando parte de la leche y mezclando con azúcar o eliminando toda el agua hasta conseguir polvo.
La receta de hoy es una versión extraída después de comparar varias recetas y que sólo usa los ingredientes básicos para hacer leche condensada azucarada:
Ingredientes (salen dos botes aproximadamente)
Si llego a saber que sale tanta cantidad, reduzco la receta a la mitad xD. Yo aviso, que luego engordaréis y nos echaréis la culpa…
- 750ml de Leche (en mi caso es semi desnatada porque es la que gasto, pero seguramente con leche entera quedará mejor)
- 550gr de azúcar blanca
Elaboración
En una cacerola colocamos la leche y el azúcar.
Encendemos el fuego a una potencia media, y removemos con una cuchara de madera preferentemente o unas varillas manuales hasta que el azúcar esté totalmente disuelto.
Vamos removiendo y evaporando la leche con el calor del fuego, teniendo en cuenta que nunca debe llegar a hervir. El proceso es largo, con lo que si tienes thermomix estás de enhorabuena, porque ella remueve sola, no como el resto de mortales que tenémos que estar dándole al manubrio T_T.
A al mía le ha costado cerca de hora y cuarto espesarse lo suficiente. Para saber si está lista hay que ir depositando gotas de vez en cuando sobre una superficie fría y, una vez fría la gota, comprobar que ha alcanzado la textura adecuada, como de crema. ¿Que cómo no me he vuelto loca? Pues me he pasado el rato removiendo con una mano mientras leía un libro, ahí en plan multitasking.
¿Y cómo puedo usar la leche condensada?
Tiene infinidad de usos: el famoso café bombón, postres típicos en diversas partes del mundo, mousses, bizcochos, flanes, o como topping en bebidas frías o calientes.
La verdad es que se me ocurrió probar a hacerla porque no es algo que tengamos en casa y parecía sencillo, y había visto una receta de té frío Hong Kong Style que la utilizaba. A ver si sale rico y ya tengo excusa para la semana que viene.
¿Os gusta la leche condensada? ¿A qué se la ponéis?
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