Feliz lunes desvanieros! Hoy os traigo una nueva receta basada en las novelas de Canción de Hielo y Fuego (Juego de Tronos para que nos entendamos) que nos pidieron en Facebook tras los pastelitos de limón. Esta vez fue una receta salada (ya os tengo preparadas cosas para que engordéis, ya, aunque nada superará las oreos bañadas de Montse, eso es ya la locura, pero ahí anda) y que os garantizo que incluso a quienes no gusten del cordero les convencerá. En principio se hace con un costillar, pero como somos dos en casa no salía a cuenta y además ahora que el cordero está a buen precio no tenéis excusa para probarla porque es fácil no, lo siguiente.
Ingredientes (para 4 personas)
- 12 filetes (yo lo hice con una pierna fileteada, pero si queréis chuletas o costillar, también vale, si son chuletas de palito, mirad la equivalencia de peso)
- 50 g de almendras
- 4 cucharadas de pan rallado
- 12 nueces picadas
- 1 cucharadita de café de tomillo
- Perejil picado
- 150 ml de vino blanco
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta negra
Preparación
- Picamos las almendras y las nueces no muy finas para que no se nos quemen en el horno, las mezclamos con el pan rallado, el perejil y el tomillo.
- Salpimentamos el cordero y lo untamos con aceite de oliva para que se pegue la «costra»
- En una bandeja de horno a la que habremos puesto aceite de oliva (lo justo para cubrir la superficie pero tampoco os paséis) distribuimos el cordero y añadimos el vino blanco.
- «Empanamos» el cordero haciendo presión sobre la mezcla de pan rallado, especias y frutos secos para que se pegue bien
- Metemos en el horno, que previamente habremos precalentado a 200º unos 15 minutos vigilando para que no se nos queme la costra.
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