Demat!1, o lo que es lo mismo, buenos días (en bretón). Tengo unas amigas que no me las merezco, ya véis la semana que llevan 😀 así que para celebrarlo hoy os paso una receta adaptada de las Galettes Bretonnes.
Las Galettes son primas de las crêpes, con la diferencia de que no llevan leche, se utiliza trigo sarraceno en lugar de harina (también conocido como alforfón) para elaborarlas, y son típicamente para rellenar con salado.
La primera vez que comí una galette fue en la Creperia Annaick de Manresa. No sólo el local es muy cuco (con manteles de papel acompañados de ceras de colores con las que puedes dibujar mientras esperas tu galette, todo amor <3 ) sino que las galettes están bien buenas. Es algo que repetiría a menudo de no ser que a Manresa no vamos muy seguido y barato no es tampoco. Investigando por ahí, he acabado realizando mi propia receta de galettes, con el relleno más clásico que he encontrado.
No os las perdáis porque son fáciles, rápidas y deliciosas.
Ingredientes (2 galettes bretonnes)
Para las galettes
- 100 ml de agua
- 1 huevo
- 1 pizca de sal
- 50 gr de harina de alforfón (mis galettes son de pega porque no tengo, asi que he usado ¡oh herejía! harina de trigo integral, pero está bueno también, palabra)
- 10 gr de mantequilla
Para el relleno (Galette completa)
- 2 huevos
- 2 lonchas de jamón de york/jamón dulce
- Queso emmental rallado o similar (usé Maasdam)
- Sal y pimienta al gusto
Elaboración
Mezclamos y batimos el agua, el huevo y la sal. Añadimos la harina y mezclamos muy bien. Es recomendable dejar reposar la mezcla bien tapada en la nevera al menos un par de horas.
Cuando vayamos a cocinar las galettes, derretimos la mantequilla y la mezclamos con la masa. Calentamos la sartén crepera (o la sartén antiadherente más grande que podáis pillar) y vertéis la mitad de la masa. Con el fuego medio-alto, cocinar la galette alrededor de un minuto por cada lado.
Hacemos la segunda galette y reservamos.
Preparamos los ingredientes del relleno: batimos ligeramente el huevo, cortamos el jamón en trocitos y rallamos el queso.
Volvemos a colocar una galette en la sartén y colocamos el huevo (con cuidado de que no se nos salga). Colocamos por encima el queso rallado y el jamón, y salpimentamos al gusto. Cuando el huevo ya está casi cuajado del todo, doblamos los lados de la galette hacia dentro para atrapar el relleno y formar un cuadrado.
Repetimos el proceso para la segunda galette y las devoramos sin compasión ninguna. Porque están demasiado buenas.
Las galettes se pueden hacer con cualquier relleno imaginable: dulce, salado.. Se me ocurre por ejemplo que estaría de muerte lenta una galette con queso de cabra, cebolla caramelizada… uf, qué montón de babas.
¿Os animáis con unas galettes, aunque sean de pega como las mias? 😉
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