Nunca pude ver a Les Luthiers en el Auditorio (entradas agotadas o demasiado caras para mi bolsillo), pero los vinilos de mi padre, los emepetreses y los vídeos de youtube los tengo bien quemados (si no preguntadle a @Pryrios, que de vez en cuando aparecen entre mi compendio de frases tontas).
Esta mañana me enteré vía Twitter de que Daniel Rabinovich había fallecido 🙁
Así que la receta de hoy, a pesar de llegar un poco tarde, va con dedicatoria. Aunque desconozco si el dulce en cuestión le gustaba a este señor, sí que es típico por su tierra y países de alrededor, aquí tenéis una auténtica receta de Alfajores argentinos.
La receta original es de Desayunos en Tiffany’s, que la consiguió a través de un amigo suyo argentino. La he cambiado un poquito pero poca cosa (principalmente le he quitado el coco rallado, que no puedo con él xD)
Ingredientes
- 100 gr de harina de trigo de repostería
- 150 gr de maizena (almidón de maíz)
- 75 gr de azucar glass (o normal, pero tenía un poquillo que gastar)
- 1/2 cucharadita de levadura química
- Una pizca de vainilla en polvo, esencia de vainilla o el contenido de una vaina.
- Una pizca de sal
- Una pizca de bicarbonato
- Ralladura de un limón
- 100 gr de mantequilla en taquitos.
- 2 huevos medianos.
Además, necesitaremos un bote de dulce de leche para rellenar, aunque también podríamos usar Nutella, mermelada, mantequilla de cacahuete, lemon curd…
Elaboración de los Alfajores argentinos
Esta receta puede hacerse perfectamente a mano o con amasadora.
Con amasadora basta con juntarlo todo menos el relleno y dándole caña un rato hasta que la masa esté suave. Si la masa está muy dura se puede ablandar con un chorrito de leche, si está demasiado pegajosa con un poquito más de harina (pero sin pasarse).
Para hacerlo a mano (aunque con este calor acabas pringado pero bien) juntamos primero los ingredientes «secos» (los ocho primeros), añadiendo después la mantequilla en taquitos y amasando con las manos hasta que consigamos una textura de migas. Después se añaden y se integran los huevos.
Sea cual sea el método elegido, en este punto envolvemos la masa con film transparente y la introducimos en el frigorífico un mínimo de 3o minutos.
Antes de que terminen los 30 minutos vamos precalentando el horno a 170ºC.
Cogemos la bola de masa y, entre dos papeles de hornear, la estiramos para que quede con un grosor aproximado de 6mm. Si después del amasado la placa está muy blanda, metemos unos minutillos más al congelador.
Con los cortadores de nuestra elección (como si queréis usar vasos) hacemos círculos o cualquier otra forma y los añadimos a la bandeja a la que le habremos colocado una lámina de papel de hornear. No crecerán mucho, pero deja algo de espacio para que no corran peligro de juntarse.
Hornea durante 8 minutos hasta que se empiecen a dorar muy poquito por los bordes. Enfriamos sobre una rejilla.
Una vez fríos, los rellenamos con la sustancia golosa de nuestra elección y… A disfrutar de un postre del otro lado del charco.
¡Larga vida a Mastropiero!
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