Bizcocho de manzana sin tonterías

Este fin de semana pasado fui a algo seguro: la receta del «Bizcocho de manzana fácil» de El Invitado de Invierno, para los desayunos. También tenía un encargo que cumplir: una lata llena de bizcochos de espuma para el yayo que está pocho.

Por tanto no me quedó tiempo para hacer mi «inventico» de la semana. Hasta mi foto de hoy es la cutrefoto del móvil del otro día que le hice deprisa y corriendo cuando ya le había pegado un bocao. Esto se debe a que no tenía intención de hacer este post porque no aporto nada nuevo (salvo quizás  ir un poco más de «a lo bruto» a la hora de mezclar los ingredientes y cortar la manzana un poco más fina), pero al final el miércoles ha llegado y a mi me ha pillado con el pie cambiado.

Yo quería hacer unos chips de manzana, jo…

Ingredientes

(Creo que me va a durar una semana así «aposamente»)

  • 85 gr de mantequilla ablandada (a temperatura ambiente pero sin derretir)
  • 150 gr de azúcar
  • 1 Huevo
  • 225 gr de harina de repostería
  • 2 tsp (cucharaditas) de levadura química
  • 1 pizca de sal
  • 1/2 tsp (cucharadita) de nuez moscada
  • 1/2 tsp (cucharadita) de canela en polvo
  • 160 ml de leche
  • 2 manzanas (en mi caso han sido Royal Gala porque eran las que tenían pintaza el día que las compré)
  • zumo de 1 limón

Elaboración

Disclaimer: Esta elaboración es larga porque desbarro a lo loco. Ya lo siento. La verdad es que la versión original mucho mejor explicada. De nada 😀

Precalentamos el horno a 180º C. Si vuestro horno no es una tortuga reumática, podéis encenderlo más tarde, pero en esta casa es lo que hay, que encima está muy loco porque de un lado se pasa de calor a ratos. Pero a lo que iba.

Para no liarla más tarde tirando la harina por ahí con aquéllo de estar haciendo veinte cosas a la vez, antes de nada tamizamos con paciencia todo el «polvo» junto: harina, impulsor, sal, canela y nuez moscada. Tamizar es BIEN. No necesitas un tamizador, con un colador sirve. Siempre se pilla algún grumito que estaba todo decidido a darte una sorpresa dentro de tu bizcocho.

Sigamos. Con la inestimable ayuda de una batidora, mezclamos el azúcar y la mantequilla. Yo no conseguí que esponjara como dice la maestra, pero tampoco se derritió… quedó como una crema granulosilla. Seguramente debería haber batido más tiempo, pero pensé «ya se deshará el azúcar con el líquido, que voy tarde».

Agregamos el huevo y seguimos batiendo.

Templamos la leche en el microondas para que no esté fría. Eso haría que la mantequilla se pusiera dura y a la masa le salieran «escamas», pero tampoco pasa nada porque batiendo un poco más se acaba arreglando… ¿Que cómo lo sé? Porque se me fue la pinza y es lo que me pasó, a pesar de haber leído como unas mil veces en la receta original que TODO DEBÍA ESTAR A TEMPERATURA AMBIENTE. En la tónica de la «versión bruta».

Pues eso, la leche «del tiempo». La vamos echando alternativamente a la mezcla: chorrito de leche, cucharada de ingredientes secos, y así hasta terminar y tener una masa homogénea un poco espesa. Aquí tampoco me andé con sutilezas y seguí utilizando la amasadora, aunque a velocidad más bajita.

Exprimimos el zumo de limón. Por otro lado pelamos y cortamos la manzana en gajos del grosor deseado (los míos como veis son finitos porque me gustaban más así). Y lo ponemos todo junto.

Engrasamos un molde redondo y lo espolvoreamos de harina, preferiblemente desmoldable. El truquillo de ponerle el papel de hornear en el culo y luego pillarlo con la parte desmontables es lo mejor por dos razones:

  1. Es mucho más fácil extraer el bizcocho una vez hecho
  2. Es inmensamente más fácil de limpiar, porque no hay que rascar bizcocho de la base metálica que suele tener esos «hoyitos» tan puñeteros.

Vertemos nuestra masa en el molde y suavizamos un poco la superficie con una espátula. Colocamos los gajos de manzana en círculos concéntricos hundiéndolos un poco en la masa para que no se caigan después.

Horneamos durante 40 minutos a los 180º C que hemos dicho antes.  Comprobamos con una brocheta si está cocido por dentro (si sale limpia, ya está!). Yo lo dejé un poco más para que se dorara «algo» por arriba, aunque acabé con unas puntitas de manzana algo más hechas de la cuenta.

No abráis el horno hasta que hayan pasado al menos los 40 minutos, si no se os bajará y vendrá la policía de los bizcochos a deteneros. Detenciones a parte, lo peor de todo es que no quedará bien y, aunque de sabor no esté totalmente mal, la textura ya no será esponjosita como debería.

Una vez cocido, dejamos reposar unos 10 minutos antes de desmoldar y luego lo pasamos a una rejilla de enfriar (o en mi caso la parrilla del horno del revés sobre la vitro)

Y con esto tenemos desayuno y merienda para toda la semana.

Ta-Da!

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