No os acordaréis (porque la verdad es que casi no me acuerdo ni yo), pero hacía tiempo que quería hacer un bizcocho de naranja y chocolate. En una fecha cercana a este post de salchichas con tomate – que no solo de dulcerías vivimos – lo comentaba, y lo cierto es que no tardé mucho en intentarlo.
¡Fue un fracaso total! y nunca llegó al blog.
Pero el que os presento hoy (aunque mejorable por mi parte) ha salido muy rico, a pesar de ser un frankenstein transformado. La receta que me inspiró fue este Bizcocho de naranja fotogénico y hermoso. Después de darle vueltas, buscar mil recetas, hacer cálculos (deformación profesional de una…) me las acabé apañando para chocolatear esta receta.
¡Vamos a ello!
Ingredientes (un bizcocho de 23 cm de diámetro)
Para las láminas de naranja confitadas
- 220 g de azúcar
- 125 ml de agua
- 1 vaina de vainilla
- 2 naranjas normalitas
Para el bizcocho
- 1 yogur griego (sin azucarar, gracias)
- 170 g de harina de repostería
- 1 ctda y media de impulsor
- 200 g de chocolate (1 tableta, yo utilicé de cobertura, pero aquí podéis regalaros con un buen chocolate si sois chocolateros)
- 70 g de mantequilla derretida
- 4 huevos medianos
- 150 g de azúcar
Instrucciones para el bizcocho de naranja y chocolate
Confitado de las naranjas
Disolvemos en una sartén el azúcar con el agua, y agregamos las vainas de vainilla, habiendo rascado sus semillas y colocando éstas en la sartén. Removemos en frío hasta que se disuelva lo máximo posible.
Cortamos las naranjas en láminas de aproximadamente 0.5 cm, pero sin pasarse que si no se desintegrarán en el proceso.
Encendemos el fuego y repartimos las naranjas por la superficie de la sartén. Las dejamos cocinar a fuego bajo (a mí me tardaron 20-25 minutos) hasta que la corteza se reblandezca y tenga un aspecto ligeramente transparente. Las dejamos enfriar en su jugo (no tiréis el caramelillo, que parte lo usaremos)
Elaboración del bizcocho
En nuestro molde desmontable de aproximadamente 23 cm, colocamos en la base papel de horno, pillándolo al cerrar las dos partes del molde para que quede mejor sellado. Engrasamos las paredes para que no se nos pegue.
En el fondo del molde colocamos las rodajas. Si lo hacemos como dice la maestra de dentro a fuera y superponiéndolas un poco quedará muy cuco. Bañamos con almíbar este fondo, pero sin que las naranjas naden excesivamente.
Derretimos el chocolate con nuestro método favorito (a mí me encanta el cacharrico del baño maría que usé con las trufas) y lo mezclamos con la mantequilla derretida hasta que quede bien integrado.
Por otro lado, batimos los huevos con el azúcar hasta que suban de volumen y quede una crema blanquita.
Agregamos el yogur y lo mezclamos bien.
Añadimos la harina mezclada previamente con el impulsor (a mano mejor, con una espátula para que no se baje el huevo demasiado) y seguidamente incorporamos el chocolate. En este punto podemos mezclar parte del sirope sobrante de las naranjas, para que le de más sabor y humedad a la masa.
Una vez tenemos la mezcla, la colocamos en el molde con las naranjas. Horneamos el conjunto a 170º-180º a altura media con calor arriba y abajo, unos 55 minutos (en la receta original son 45, pero en esta versión a los 45 minutos es un coulant tamaño familiar todavía, que estaría chulo pero no era el objetivo). En el mío todo fue bien hasta que se empezó a abrir a lo loco y quedó un poco madaleniforme.
Nada que una pasada quirúrgica con un cuchillo no arregle una vez frío. Y los recortes te los comes para merendar.
Foto destacada: @Pryrios
Deja una respuesta