Dulce de judía roja ligeramente dulce + bollito abriochado ligeramente dulce = Anpan. No podréis separar de mí este manjar de dioses.
Hace un tiempo hice pasta de judía roja casera tipo tsubu-an, donde la judía queda casi entera en lugar de totalmente triturada, y la acabé congelando en bolitas para usar más adelante. La parte que no me había comido untada en tostadas, todo sea dicho.
«¿Pasta de judías? Pero, ¿eso está bueno?» diréis. «Depende» os respondo. Hay pastas de judía roja que sólo saben a azúcar, pero si consigues alubias azuki y las cocinas en casa, la verdad es que queda muy rica y te puedes ayudar de un remojo largo y acelerar parte del proceso en una olla express. Las judías azuki se encuentran a menudo en tiendas de dietética o herbolarios. Si tienes algún supermercado oriental a mano, también es posible que puedas encontrar pasta de azuki de buena calidad que esté rica y te puedes saltar el paso de hacerla. En mi caso me tocó cocinarla a mí porque no tengo esa suerte 😂.
La otra opción es que vuestra pregunta sea «¿Pasta de judía? ¿Eso de dentro de los dorayakis? Puaj, no me gusta». En ese caso podéis ser creativos y hacer el relleno con cualquier otra cosa horneable, o pasar de esta receta directamente, que aquí nadie viene obligao.
Corro el riesgo de enrollarme más que una persiana, así que os dejo aquí la recetilla, basada en varias de ellas y ajustada en cantidades y tiempos de fermentación.
Ingredientes (para 10 anpan)
Masa abriochada
- 240 g harina panadera (mitad de fuerza y mitad de repostería si no tienes, la mía tenía fuerza W > 200)
- 3 g levadura de panadería liofilizada
- 3 g sal
- 20 g azúcar
- 20 g mantequilla
- 10 g miel
- 140 g agua
- 10 g yema de huevo
Relleno de anko
- 350 g de pasta de judía roja (10 porciones de 35 g)
Para pincelar y decorar los bollitos
- 1 chorrito de leche
- Lo que queda de la yema de huevo
- Sésamo negro
Elaboración de los anpan
Tamizamos la harina en un bol y añadimos encima la levadura de panadería liofilizada, la sal y el azúcar. Removemos bien.
En otro recipiente mezclamos el agua, la miel y la yema de huevo.
Añadimos los ingredientes líquidos al bol de la harina y amasamos dentro (a mano con una espátula) o lo transferimos a una amasadora. La masa es pegajosa sobre todo al principio, con lo que si no tienes amasadora arremángate y dale una paliza a la masa (más conocido como «amasado francés«). Cuando ya empiece a estar homogénea y no tan pegajosa, añadimos la mantequilla y volvemos a amasar hasta que vuelva a estar suave. No desesperes, durante un momento la masa volverá a estar muy pegajosa pero a medida que se absorbe mejora rápidamente.
Dejamos reposar la masa cubierta dentro de un bol hasta que se infle (a 22º en casa me tardó 1h). Después de este reposo, la masa estará mucho más manejable y menos pegajosa.
Sacamos la masa del bol y la partimos en porciones de 42-45 g, con lo que una báscula ayuda. De esta manera nos quedarán los bollitos igualados. Enharinamos un poco la mesa y vamos formando bolitas con las porciones. Cubrimos con un paño húmedo o con film transparente y dejamos relajar unos 15 minutos.
Ahora formaremos y rellenaremos los bollitos. Cogemos una porción, la aplanamos en forma redonda dejando el centro ligeramente más gordito que el exterior y colocamos en el centro de la masa unos 35 g de pasta de judía roja. Cerramos en forma de saquito y sellamos bien el cierre para que no se abran durante el horneado. Los depositamos en la bandeja de horno como si estuviéramos usando las casillas negras de un tablero de ajedrez (así reducimos el riesgo de que se peguen entre sí cuando crezcan de nuevo) y con la «costura» del cierre hacia abajo. Mientras vamos haciendo los 10 bollitos mantenemos cubierta también la bandeja donde los estamos colocando.
Una vez terminemos, dejamos reposar unos 30 minutos más para que vuelvan a levar de nuevo.
Calentamos el horno a 200º y mientras terminamos de prepararlo. Mezclamos lo que nos ha sobrado de la yema de huevo con un chorrito de leche y pincelamos los bollos con cuidado para no desinflarlos. Después, mojamos la yema del dedo en la mezcla de leche y huevo y cogemos con él semillas de sésamo negro. Al tocar ligeramente la parte superior del bollito quedarán pegadas a él.
Una vez el horno esté caliente, colocamos la bandeja a media altura y horneamos durante 10-15 minutos hasta que los veamos dorados a nuestro gusto.
Dejamos enfriar en una rejilla (aunque calientes están buenísimos, ojo no os queméis) y a disfrutar.
Aguantarán 2-3 días a temperatura ambiente, pero si no los vas a gastar pronto mejor congelarlos cuando estén fríos e ir sacando y descongelando conforme los necesites.
Anpan (あんパン)
Herramientas
- Horno
- Amasadora opcional
- 1 Bol grande
- 1 Jarra
- 1 Espátula
- Báscula de cocina
- Rejilla para enfriar sirve la bandeja de rejilla del horno puesta del revés, si tienes.
Ingredientes
Masa abriochada
- 240 g harina panadera mitad de fuerza y mitad de repostería si no tienes. La mía tenía fuerza W > 200 y sirve tal cual.
- 3 g levadura de panadería liofilizada
- 3 g sal
- 20 g azúcar
- 20 g mantequilla
- 10 g miel
- 140 g agua
- 10 g yema de huevo
Relleno de anko
- 350 g pasta de judía roja 10 porciones de 35 g
Para pincelar y decorar los bollitos
- 1 chorrito de leche
- Lo que queda de la yema de huevo
- Sésamo negro
Elaboración paso a paso
- Tamizamos la harina en un bol y añadimos encima la levadura de panadería liofilizada, la sal y el azúcar. Removemos bien.
- En otro recipiente mezclamos el agua, la miel y la yema de huevo.
- Añadimos los ingredientes líquidos al bol de la harina y amasamos dentro (a mano con una espátula) o lo transferimos a una amasadora. La masa es pegajosa sobre todo al principio, con lo que si no tienes amasadora arremángate y dale una paliza a la masa (más conocido como «amasado francés«). Cuando ya empiece a estar homogénea y no tan pegajosa, añadimos la mantequilla y volvemos a amasar hasta que vuelva a estar suave. No desesperes, durante un momento la masa volverá a estar muy pegajosa pero a medida que se absorbe mejora rápidamente.
- Dejamos reposar la masa cubierta dentro de un bol hasta que se infle (a 22º en casa me tardó 1h). Después de este reposo, la masa estará mucho más manejable y menos pegajosa.
- Sacamos la masa del bol y la partimos en porciones de 42-45 g, con lo que una báscula ayuda. De esta manera nos quedarán los bollitos igualados. Enharinamos un poco la mesa y vamos formando bolitas con las porciones. Cubrimos con un paño húmedo o con film transparente y dejamos relajar unos 15 minutos.
- Ahora formaremos y rellenaremos los bollitos. Cogemos una porción, la aplanamos en forma redonda dejando el centro ligeramente más gordito que el exterior y colocamos en el centro de la masa unos 35 g de pasta de judía roja. Cerramos en forma de saquito y sellamos bien el cierre para que no se abran durante el horneado. Los depositamos en la bandeja de horno como si estuviéramos usando las casillas negras de un tablero de ajedrez (así reducimos el riesgo de que se peguen entre sí cuando crezcan de nuevo) y con la «costura» del cierre hacia abajo. Mientras vamos haciendo los 10 bollitos mantenemos cubierta también la bandeja donde los estamos colocando.
- Una vez terminemos, dejamos reposar unos 30 minutos más para que vuelvan a levar de nuevo.
- Calentamos el horno a 200º y mientras terminamos de prepararlo. Mezclamos lo que nos ha sobrado de la yema de huevo con un chorrito de leche y pincelamos los bollos con cuidado para no desinflarlos. Después, mojamos la yema del dedo en la mezcla de leche y huevo y cogemos con él semillas de sésamo negro. Al tocar ligeramente la parte superior del bollito quedarán pegadas a él.
- Una vez el horno esté caliente, colocamos la bandeja a media altura y horneamos durante 10-15 minutos hasta que los veamos dorados a nuestro gusto.
- Dejamos enfriar en una rejilla (aunque calientes están buenísimos, ojo no os queméis) y a disfrutar.
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